Autor Retrato 2002

Autor Retrato 2002

Relanzamiento del cortometraje

Alguna vez escuché que cada 7 años todas nuestras células se renuevan, es decir que cada átomo de nuestro cuerpo ha sido reemplazado por otro. Creo que algo similar nos debería pasar en todas nuestras dimensiones (intelectual, emocional, material, creativo). Cada vez que nos definimos estamos limitándonos, cerramos las posibilidades de nuestro ser y nos petrificamos. Siento que picóscar ha cambiado radicalmente, mejorado y empeorado de muchas maneras.




Se cumplen 7 años desde que terminé este cortometraje y lo mostré por primera vez.
Por fin la maldición por romper el espejo ha terminado.
Podría decir que es mi primera obra de cine. Gracias a este video he concebido el concepto de intuición audiovisual.
Confieso que aún me sigue dando vergüenza verlo y mostrarlo, ya que me expongo de una manera radical y bastante cómica. Considero que su valor no está tanto en lo estético sino es sus intenciones. El mérito está en la sinceridad y mi entrega en la obra.

Lo realicé durante casi todo el año 2002, editado por cámara, como parte de un ejercicio de autorretrato planteado en un taller de video que tomé en la universidad Nacional. Este entonces fue uno de mis primeros acercamientos a la creación audiovisual, con toda la ingenuidad y pureza del momento, sin los prejuicios, ni los vicios ni los conocimientos que he adquirido con mi educación profesional. En aquel momento estaba viviendo la transición en la cual abandono mi carrera de ingeniería y asumo mi vocación como cineasta. Una de la mejores decisiones de mi vida a favor de mi felicidad.
Su forma narrativa fue inspirada por Ilha das Flores de Jorge Furtado, un documental que me impresionó mucho por su impacto social y su manera didáctica de presentar las realidad, donde cada frase que dice el narrador está acompañada por su respectiva imagen. Entonces me dispuse a escribir muchas cosas negativas sobre mi y me puse en la ardua tarea de grabar mi voz mostrando un ejemplo visual. Duré mucho terminándolo por cuestión de pudor e inconstancia, necesité de mucha voluntad para exorcizarme. Fue el 31 de diciembre de 2002 cuando me obligué a terminar el corto completando su última imagen, cortándome mi pelo largo, como ritual para culminar una etapa de vida y comenzar otra más feliz. Al otro día se lo mostré a mi familia y lo dejé encerrado en el cajón hasta que decidí volverle a dar vida publicándolo en internet en enero de 2007. Por ignorancia nunca le di el crédito a la canción final (Nothing New de April March), la cual puse sólo por gusto pero hoy descubro una correspondencia en su lírica.
Sueño con continuar este retrato en el futuro.