Cartas a niños dioses

Amados Esperanza, Gilberto y Paola*.


Lanzo un profundo grito silencioso de gratitud hacia el misterio que nos tiene aquí, a Dios, la divinidad o como se le quiera llamar. Es muy importante agradecer la existencia de cada uno de nosotros y que seamos la familia que somos, así con todos nuestros valores, dones, defectos, dificultades, talentos, sueños, obstáculos y todo lo que nos conforma en este instante.


Tengo bellos recuerdos de infancia cuando le escribía al niño Dios pero solo para pedirle regalos y hoy también quiero escribirle a los niños Dioses que habitan en cada uno de nuestros seres, ya no para hacer peticiones materiales, sino para comunicarme con una mejor actitud de agradecimiento, comprensión, reconciliación y alegría con los tres humanos que más amo.

Quiero decirle a todos que me siento muy bien, soy muy privilegiado en la vida, no tengo dolores físicos ni enfermedades graves, no tengo penas del alma, no tengo enemigos, vivo una vida muy tranquila llena del amor que me brinda mi familia, amigos y la vida misma. Por supuesto no todo es perfecto y la tristeza o apatía están ahí para ensombrecer, pero no hay oscuridad total y de todas formas lo malo ayuda a apreciar lo bueno. Lo que si tengo es mucho por hacer en la vida, afinar los sueños y luchar por ellos por dar el máximo ejemplo. Quisiera estar seguro de que mis padres y mi hermana también se encuentran en un estado similar y quiero ser parte activa en la felicidad de todos.

Estas cartas quiero que las tomemos como un reinicio en nuestra comunicación para tener unas relaciones familiares más bellas y constructivas. Seguro no podremos decirlo todo de una vez pero ojalá poco a poco podamos seguir expresándonos el afecto, sanar todo lo necesario y ser más unidos a pesar de las naturales distancias. 

A continuación mis cartas (dale click en tu nombre):



*sin olvidar a Eris, Mechas, Baster y demás seres amados de la familia. A ellos toca hablarles en otros lenguajes.