Querido Padre


Qué afortunado soy por ser su hijo. Eternas e infinitas gracias. Usted es un hombre con unos altísimos valores y principios que le permiten seguir evolucionando como ser humano y le han permitido ser cada día mejor padre de nosotros. Se nota que gran parte del sentido de su vida es entregarla a sus seres queridos y eso no es algo que se diga con palabras sino con acciones constantes, diarias y permanentes. Cada esfuerzo y apoyo que nos brinda es su forma de amarnos y eso se siente profundamente.

Cómo quisiera apropiarme de esos valores tan desarrollados que tiene como la disciplina, el compromiso, la generosidad, la humildad, la recursividad, la seguridad, entre varios otros. Son precisamente características que poco tengo y que son obstáculos para mi crecimiento. Tengo que seguir trabajando en ello así como imagino que lo ha ido perfeccionando con los años. Esto último es algo que también admiro mucho en usted y es siempre darse la oportunidad de mejorar y pulirse como persona. Da mucha alegría sentir sus cambios positivos en el trascurso de los años, es un indicio de su eterna juventud, porque envejecer es petrificarse y quedarse estático e inmutable.

Da mucha alegría que siga teniendo esa avidez de conocimiento y que incluso se haya arriesgado a volver a estudiar en la academia. Lo aliento a que siga en esa búsqueda intelectual tal vez no necesariamente con la rigidez universitaria pero si con su propia curiosidad y pasión autodidacta. Y también lo invito a aprender de otras formas, por otras fuentes y hacia otras partes de su ser como su centro emocional ya que no todo es mente.

Sería muy chévere que trabajara más en la "empatía" o ser capaz de ponerse en la situación de los demás. Es algo en lo que yo mismo lucho diariamente y que puede ayudar a comprender a los demás. Cuando uno es más consciente de las condiciones de otras personas y sus diferencias logra respetarlas y valorarlas mejor y uno ya deja de sentirse superior o inferior, sino entender nuestra equivalencia. No me refiero tanto a nosotros como familia sino más hacia otras partes de la sociedad como por ejemplo tener empatía y comprender a los indígenas, los homosexuales, los guerrilleros, los afrodescendientes, los campesinos y demás comunidades rechazadas y subvaloradas por generalizaciones y prejuicios. Sólo es una sugerencia que también quiero aplicar en mi vida.

Tengo una confesión: Yo le robé el caset que hace como 20 años le mandamos cuando estuvo lejos de nosotros en Cúcuta. Perdóneme. Lo hice primero con curiosidad y después con intenciones terapéuticas. He querido hacer algo poético con ese objeto que lo transporta a uno a un momento difícil para todos, incluyéndolo a usted. Pero nunca he tenido ni el coraje ni la creatividad para hacer algo que ayude a sanar mejor. No me había atrevido a volverlo a escuchar y hoy lo hice. Fue muy emotivo pero pese a que ese momento representa una ruptura o quiebre familiar, le cuento que por mi parte me siento muy sano. Estoy totalmente cicatrizado. Lo cual indica que ya hace bastante tiempo pude trascender esa historia y he perdonado absolutamente. Así tenían que suceder las cosas y es la manera en que nos ha tocado aprender muchas lecciones en la vida. Por mi parte no tengo ningún resentimiento ni ira ni nada negativo al respecto hacia usted padre.

El reencuentro con Sebastián en mi cumpleaños fue muy bello y positivo. Mi hermano es una persona muy agradable y se le siente una energía muy noble y sincera. Los tres tenemos mucho en común. Ahora que Sebastián es mayor de edad se nota su verdadera personalidad y su carácter. Me siento muy feliz de tener un hermano así, seguro vamos a compartir mucho más a partir de ahora, ya como personas adultas. No puedo evitar sentir bastante remordimiento por no haber compartido más en su infancia. Le ofrezco disculpas a usted y a mi hermano. Lo siento. Por varias razones no busqué esos espacios de convivencia y lo dejé todo para después, algo en mi me lo dificultaba inconscientemente. Era compleja la situación para todos pero el mismo tiempo está también ayudando a desenredar las cosas y seguimos teniendo oportunidad de ser más hermanos. El amor siempre gana.

Bueno, próximamente le voy a devolver el caset pero creo que algo tiene que mejorar entre los Pico Rangel con este tema. Cómo me gustaría que lográramos la total reconciliación y que cicatrizaran absolutamente las heridas de mi mamá y sobre todo de Paola pero sin olvidar las suyas y lográramos más armonía de familia. ¿qué hacemos? ¿será que un acto de psicomagia o alguna terapia ayudaría? Hay que hacer algo poético y sanador con ese caset que es como un ícono familiar. Aunque de todas formas reconozco que los cuatro hemos logrado un equilibrio de familia agradable, cada día nos queremos mejor y estamos más tranquilos. Es un gran tesoro la amistad entre mi mamá y mi padre, se nota una elevada consciencia y afecto mutuo. Agradezco mucho que hayan sido tan fuertes como para seguir la relación de esta forma tan armoniosa. 

Cambiando de tema quiero recordarle que de verdad aprecio mucho todo el apoyo que me ha dado para seguir haciendo mis proyectos y seguir mis vocaciones. Desde darme la educación hasta toda su ayuda económica y ser mi mano derecha en cada una de mis metas. He escogido el camino de las artes y la cultura lo cual es bien difícil en este contexto. Y así se me ha alargado más de la cuenta lograr mi estabilidad material también por mis obstáculos internos que me toca atravesar cuanto antes. En cierta forma la zona de confort que tengo me ha adormecido y ahora más que nunca tengo que despertar y seguir con más fuerza con tantos sueños que tengo a cuestas. 

Padre querido de verdad lo llevo en el corazón todo el tiempo. Muchas cosas más me faltan por decir pero no puedo dejar de pedirle perdón por algunas decepciones y por las molestias que sin querer le he causado. Seguiré mejorando. Usted es parte de mi felicidad. Siempre cuente conmigo. 

Lo amo.

Óscar Pico

25dic2016